Sociedad

Día del Profesor: José Manuel Estrada y el combate por la libertad de cátedra

El Día del Profesor homenajea a José Manuel Estrada, intelectual que impulsó la libertad de cátedra y marcó un hito en la educación argentina.

  • 17/09/2025 • 09:08

Cada 17 de septiembre, el calendario nos invita a reflexionar sobre el significado del docente a través de la figura de José Manuel Estrada, cuyo fallecimiento en 1894 marcó esta fecha. Estrada no fue solo un educador; fue un titán intelectual, un orador legendario y, sobre todo, un incansable defensor de la libertad de enseñanza y la autonomía del profesor.

Su legado, más de un siglo después, sigue resonando con una vigencia asombrosa. El contexto de una época: la lucha por el modelo educativo

Para entender la magnitud de Estrada, es crucial situarse en la Argentina de finales del siglo XIX. El país se estaba modernizando y uno de los debates más importantes de la época giraba en torno a la educación. Las mentes más brillantes, como las de Sarmiento y el propio Estrada, discutían sobre el modelo ideal para la naciente nación.

El clímax de esta disputa se dio con la sanción de la Ley de Educación Común Nº 1.420 en 1884. Esta ley, impulsada por el presidente Julio Argentino Roca y defendida por el Estado liberal, establecía la educación pública, gratuita, obligatoria y, lo más polémico, laica (sin instrucción religiosa).

Fue aquí donde la figura de Estrada, ferviente católico, se alzó como el principal opositor. No se oponía a la educación en sí, sino a la imposición de un modelo estatal que, a su juicio, excluía el componente moral y religioso que consideraba esencial para la formación de las personas. Estrada defendía la libertad de enseñanza como un derecho fundamental de los padres a elegir el tipo de educación para sus hijos. Su lucha no era contra la escuela, sino a favor de una escuela que también formara el espíritu. No se oponía a la enseñanza laica sino al laicismo que pretendía borrar la dimensión religiosa y transcendente de la vida. Quizás su lucha anticipó el debate universitario de la época de Frondizi, con el lema: Laico o libre.

José Manuel Estrada era una figura de prestigio en educación

Sus clases en la Universidad de Buenos Aires y en el Colegio Nacional eran eventos públicos, a los que asistían no solo sus alumnos, sino también políticos, intelectuales y periodistas fascinados por su elocuencia y su profundidad de pensamiento. Estrada tenía un don para la palabra escrita y hablada que lo convertía en un faro para sus estudiantes.

Sin embargo, su firme oposición a la Ley 1.420 le costó su puesto. En 1884, el gobierno lo destituyó de sus cátedras, un acto de censura que buscaba acallar una de las voces más críticas de la época. Lejos de amedrentarse, Estrada convirtió este revés en una de las tribunas más poderosas de su vida. Fue en ese momento que pronunció la frase que lo inmortalizó y que se ha convertido en un emblema de la docencia:

"De las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad." Esta cita no es solo una frase bonita; es una declaración de principios. Estrada elevó la figura del profesor de ser un simple transmisor de conocimientos a la de un custodio de la libertad intelectual. Para él, la verdadera cátedra no estaba en una institución, sino en la convicción y la moral del docente.