El 29 de mayo de 1984, Tina Turner volvía a lo más alto del pop con Private Dancer, su quinto álbum de estudio y el primero tras años de dificultades personales y profesionales. Publicado por Capitol Records, el disco se convirtió en un fenómeno mundial gracias a canciones como "What's Love Got to Do with It", "Private Dancer" y "Better Be Good to Me". La cantante, que durante décadas brilló junto a Ike Turner -su exmarido y antiguo productor-, tomó el control total de su carrera después de una separación marcada por el maltrato. Private Dancer no solo consolidó su regreso, sino que la posicionó como una de las artistas más influyentes de los años 80. El disco fue producido por distintos equipos entre Inglaterra y Estados Unidos, y contó con aportes clave como el del guitarrista Mark Knopfler (Dire Straits), autor del tema homónimo, y Jeff Beck, quien participó como músico invitado. Desde su lanzamiento, Private Dancer ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo. Su diversidad sonora -que va del rock al pop y el soul- y la interpretación vocal de Turner fueron ampliamente elogiadas. En especial, What's Love Got to Do with It se transformó en su firma artística. Fue número uno en varios países, ganó un Grammy a la Grabación del Año y le dio a Turner su primer gran éxito solista global. La crítica valoró su capacidad para reinventarse sin perder fuerza ni autenticidad. En cada tema del disco se puede escuchar la mezcla de dolor, energía y determinación que definió la nueva etapa de la cantante. Canciones como Private Dancer, descartada originalmente por Dire Straits. O Better Be Good to Me reforzaron la narrativa de una artista en control de su destino. Su interpretación carismática y poderosa le abrió paso a una nueva generación de fanáticos y le permitió mantenerse vigente en las décadas siguientes. Con Private Dancer, Tina Turner no solo volvió a los escenarios, sino que escribió uno de los capítulos más recordados de la historia del pop.