Este sábado por la tarde hallaron muerta a la periodista Griselda Blanco en su casa de Curuzú Cuatiá, en Corrientes. La mujer horas antes había denunciado un presunto caso de mala praxis en un hospital provincial que había derivado en un fallecimiento. 

El cuerpo de Griselda fue encontrado colgado de una soga en su vivienda, y los primeros reportes indican que presentaba signos de haber sido golpeada. La investigación judicial ya está en curso y se espera un adelanto de la autopsia para establecer una hipótesis del caso. 

En este contexto, trascendió que la periodista había recibido amenazas recientemente, presuntamente por las denuncias que realizó por la muerte de Débora Serrano, una joven que perdió la vida en el Hospital Civil Fernando Irastroza de Curuzu Cuatia. 

Según sostenía la comunicadora, esta mujer fue víctima de una mala praxis. Pedía justicia insistentemente, e incluso en la madrugada del sábado publicó un video en Facebook anunciando una protesta y reclamando que los responsables vayan presos. 

En este marco es que se sospecha que su muerte sea una venganza, más aún cuando aseguran que la periodista no tenía buena relación con varias autoridades policiales. 

Blanco era una reconocida comunicadora y con una importante trayectoria en las radios de Corrientes.