Durante la temporada de verano, los mosquitos se convierten en los insectos más molestos, no sólo por los discordantes ruidos que generan al acercarse a nuestros oídos, sino también por las picaduras y las marcas que dejan en nuetra piel. Sin embaro, cuando las temperaturas comienzan a bajar, éstos desaparecen por completo y son díficiles de encontrar, lo que nos lleva a la interrogante sobre su paradero durante el invierno.

Por lo general, estos insectos pueden llegar a vivir entre 10 a 30 días, aunque esto dependera de muchos factores como el sexo, la alimentación, la humedad, la época del año y la especie. 

Los machos suelen tener una vida más corta que las hembras, ya que mueren poco después de aparearse (por lo general 10 días más), sin llegar a vivir los meses de invierno. En cambio, para las hembras, la esperanza de vida puede ascender hasta 8 semanas y logran alcanzar los meses invernales, ya que cuentan una estrategia diferente para sobrevivir.

Los mosquitos hembra pueden hibernar hasta seis meses sin hidratarse y sobreviven a los rigores del invierno debido para esta época llegan a incrementar su peso, hasta ser diez veces más pesadas, y buscan un refugio para protegerse del frío. En general, las hembras de mosquito se ocultan en áreas como zonas de agua estancada o al abrigo de los árboles y alcantarillas, donde pueden alimentarse y depositar los huevos. Cuando aumentan las temperaturas, salen del letargo buscando sangre para alimentarse a ellas y sus crías, generalmente al amparo de los árboles o en aguas estancadas.

Aunque los mosquitos no pueden sobrevivir a temperaturas inferiores a 10 grados, pueden picar durante el invierno si se encuentran en un espacio caliente, como el interior de una casa con calefacción, y agua.