El reloj marcaba 36 minutos del primer tiempo. La acción arrancó con un pase largo de Paulo Dybala. El pelotazo se iba por la línea de fondo y Messi fue a buscarlo, aunque no llegó. Al cruce también fue Medel, que cubrió el balón. Y quedaron cara a cara.
Allí el chileno le apoyó la cabeza en el rostro al argentino y empezaron a empujarse, a prepotearse. La reacción de Messi fue claramente menos violenta que la de Medel pero el juez paraguayo Mario Díaz de Vivar le sacó roja a los dos.
Era la tercera vez que el mediocampista chileno intentaba provocar a Messi con un fuerte cruce. Quedaba en evidencia: las finales de las Copa América 2015 y 2017 transformaron este choque en un clásico. Y pese a que esta vez sólo estaba en juego el tercer puesto (Vidal, en la previa declaró que no importaba este partido) se dio un partido áspero y con mecha corta.
Ahora habrá que esperar qué sanción recibe el crack argentino, que ya arrastraba su bronca con la Conmebol y con los árbitros por la discutida derrota ante Brasil en semifinales.